Dietary data use in Mexico

Abstract

De 1988 a 2018, la prevalencia de obesidad en las mujeres mexicanas aumentó drásticamente del 9,5 al 40,2 por ciento, siendo una de las más altas del mundo. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2018, el 76.8 por ciento de las mujeres y el 73 por ciento de los hombres mayores de 20 años presentan exceso de peso corporal (INEGI e INSP, 2018). También, se ha observado una tedencia al alza en el exceso de peso corporal en niños en edad escolar y adolescentes Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2018, el 76.8 por ciento de las mujeres y el 73 por ciento de los hombres mayores de 20 años presentan exceso de peso corporal (INEGI e INSP, 2018). La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2012 exploró la ingesta de alimentos y nutrientes de la población mexicana (Rivera et al., 2016), encontrando que las bebidas azucaradas (BSB) y los alimentos no esenciales y ricos en energía representaron el 26 por ciento del total de la ingesta energética diaria (13 puntos porcentuales por encima de la ingesta aconsejable, solo entre el 1 y el 12 por ciento de la población cumplieron las recomendaciones de consumo de legumbres, frutas y verduras, mientras que entre el 58 y el 90 por ciento de la población excedieron las recomendaciones de consumo de bebidas azucaradas y alimentos ricos en energía no esenciales (Batis et al., 2016). Ante este panorama, las autoridades mexicanas implementaron varias medidas de políticas con el fin de incidir en la redución la obesidad y las enfermedades no transmisibles. Entre ellos, el Instituto Nacional de Salud Pública lideró el esfuerzo para desarrollar las Guías Mexicanas de Alimentación y Actividad Física en el Contexto del Sobrepeso y la Obesidad (BonvecchioArenas et al., 2015). En 2014, se estableció una sólida asociación entre organizaciones de defensa, el mundo académico y el poder legislativo del Gobierno. Otra acción es la implementación de un impuesto de un peso mexicano por litro (un aumento de precio de casi el 10 por ciento) sobre las bebidas manufacturadas no lácteas y no alcohólicas con azúcar agregada, y un impuesto del 8 por ciento sobre los alimentos no básicos y de alto contenido energético. Más recientemente, las cámaras legislativas aprobaron el etiquetado nutricional en el frente del paquete que se implementará durante los últimos meses de 2020. Este consistirá en etiquetas de advertencia octogonales de color negro que enumerarán el exceso de energía, azúcar, sodio, grasas saturadas, grasas trans y dos advertencias para cafeína y edulcorantes no calóricos, lo que indica que no se recomiendan para niños. Este reglamento también prohibirá el uso de personajes, dibujos animados y otros modelos a seguir, así como declaraciones o avales de salud por parte de ligas deportivas en productos con una o más etiquetas de advertencia. Idealmente, esto llevará a los consumidores a elegir alimentos más saludables y al mismo tiempo alentará a los fabricantes a reformular los productos.